Donde se
retuercen los tornados
Desesperación
y desarraigo
Del
inexorable sentimiento humano
Tuerzo y
retuerzo la aurora profana
Quiero
dislocarme el hombro
Y gritar
desesperada
Sueño todos
los sueños juntos
Pienso
que lo bello se encuentra
En
el instante primero
En
el momento en que ves
Por
primera vez
En
ese segundo de éxtasis divino
Demencia
hermosa que me ataja
Y me lleva
locuaz al latifundio
De la
percepción desnuda
Quiero
separar las mitades
Para unirlas
otra vez
Y sonreír
hasta llorar
Y que mis
ojos sangren libertad
La
belleza no es
El
árbol de la veredita
Que
todas las mañanas recorro
Hasta
violarlo sin pudor
Nos tiro en
la cama
A mí y al
delirio mordaz
A rodar y
rodar
Y
desentrañar las sábanas
Inescrutables
Es el árbol
El mismo de todas
las mañanas
Pero que esta vez
Me penetra sin
desconfianza
Me inunda y
convierte
En un palpitar
descontrolado
En sangre fugaz
En pájaros
volando
Apoyo mis
pies sobre la tierra
Los tapo con
arena
Siento las
raíces crecer
El tallo
brotar
Me coloco
No existe la
cordura
Así es la belleza