6 de diciembre de 2012

Cada tormenta


Juntando cartones bajo la lluvia demencial de octubre
Los vi con mis ojos infelices juntándolos tan húmedos
estaban y cartones levantaban y chorreaban toda el agua .
Estaban mojados, empapados, pero no importaba.
Solo importa la moneda, la maldita moneda
Que no sirve para nada, pero igual espero
que al menos se la ganen y que valga toda la lluvia y el frio
y la puta suerte de no tener un abrigo
solo una miserable bolsa de consorcio como piloto.
Cómo no pude apiadarme. Bajo la lluvia demente
de octubre salir a juntar el pan de la casa, la comida del día
y trabajar ahí bajo el diluvio de octubre y
nadie se apiadó del cartonero empapado.
Yo no me apiadé del cartonero empapado y ahora creo
que con unas palabritas todo se arregla, pero
los cartones siguen ahí
empapados, chorreados
y los cartoneros juntándolos

26 de noviembre de 2012

Papeldebarco


Todo lo que tengo son
Unos cuantos barcos de papel
En mi bolsillo
Y una aguja y una piedra sucia
Nada más que eso

Si me dejas
Te los cambio
Por un poco de tu purpurina
Solo un poquito de esa
Que llevas en las manos

¡Ay!
lo siento
Ya no puedo dártelos
Porque se me marchan los barcos
y allá van
y allá se van
los veo nadar
por el Paraná.

10 de noviembre de 2012

Polaroid


Donde se retuercen los tornados
Desesperación y desarraigo
Del inexorable sentimiento humano
Tuerzo y retuerzo la aurora profana
Quiero dislocarme el hombro
Y gritar desesperada
Sueño todos los sueños juntos
                                Pienso que lo bello se encuentra
                                En el instante primero
                                En el momento en que ves
                                Por primera vez
                                En ese segundo de éxtasis divino
Demencia hermosa que me ataja
Y me lleva locuaz al latifundio
De la percepción desnuda
Quiero separar las mitades
Para unirlas otra vez
Y sonreír hasta llorar
Y que mis ojos sangren libertad
                                La belleza no es
                                El árbol de la veredita
                                Que todas las mañanas recorro
                                Hasta violarlo sin pudor
Nos tiro en la cama
A mí y al delirio mordaz
A rodar y rodar
Y desentrañar las sábanas
Inescrutables
                               Es el árbol
                               El mismo de todas las mañanas
                               Pero que esta vez
                               Me penetra sin desconfianza
                               Me inunda y convierte
                               En un palpitar descontrolado
                               En sangre fugaz
                               En pájaros volando
Apoyo mis pies sobre la tierra
Los tapo con arena
Siento las raíces crecer
El tallo brotar
Me coloco
No existe la cordura
Así es la belleza

30 de octubre de 2012

Noventas


Estaba yo despistada aquella tarde,
metida en mi mundito de sueños
y pensamientos triviales.
Estaba caminando el mundito
y pensando,
sencillamente pensando,
hasta que de pronto se acercó
el pibe con su bosita de poxi
jalándola la lleva
y aspira y aspiraba
-¿No tené una moneda?
Y yo tan despistada.
Miré sus deditos dibujando
la circunferencia.
Eran las manitos de un niño
No entendí nada.
-Una moneda.
Inútil se la di,
no supe qué hacer.
Triste me sentí.
Tan triste aquella vez.

23 de octubre de 2012

Un poema que vomita


Quizás solo, tan solo
Después de un acantilado
Uno pueda preguntarse
Para qué le sirve todo eso
Quizás haya que ver nada
Para preguntarse, sí
Preguntarse por la nieve pálida
Y la mandrágora llorona
Llorando se relame
Y yo me pregunto si llora
Por tristeza o
por condición de ser
mandrágora.
Quizás solo después de un acantilado
De un espejismo de sal
De una gota de lluvia seca
De…qué carajo
Me pregunto, sí
Yo a mi misma, me
Pregunto
Si de verdad he podido
Llegar a ver
Llegar a entender
Entender y ver
La rosa marchitarse

18 de septiembre de 2012


Henos allí sobre el umbral del puente, sentadas junto al murito que precede el inicio de la subida. El puente es un camino que flota sobre el río. No se cae, es macizo, más bien largo que ancho y se sostiene, firme se sostiene. Nosotras estamos allí sentadas sobre el origen, o final dependiendo de donde vengas. Porque el puente va y viene. Y allí estamos, sencillamente estamos. No esperamos nada. No esperamos a nadie. Estamos una junto a la otra, hombro contra hombro, con la frente en alto mirando hacia la lejanía. La lejanía que de a poco borra los caminos, las casas más cercanas, el pueblo. La noche ayuda a que todo de a poco desaparezca, se difumine. Es de noche, sí y nosotras estamos allí. El puente nos sostiene. La luna se posa sobre la escena y casi que es la única luz que queda. El río que nada debajo del puente refleja como puede la luz lunar y con su andar nocturno dibuja siluetas, formas imprecisas. Genera contrastes, relieves, movimientos. Allá, donde todo está borrado, aparece con orgullo una segunda luz realmente imponente. No importa qué sea. Nos encontramos frente a la gran seta solitaria que ilumina sin pudor, acompaña a la luna y tiñe a la noche también de amarillo.

3 de marzo de 2012

Material Sensible

Un viejo con un perro sentado a su lado, algunas
hojas  cayéndole en el pelo y el viento soplando.
Tazas de café y algunos platos desordenados,
poca luz sobre un sillón desolado, algún amigo
tocando la guitarra y un pez fuera del lago.
Agua cayendo sobre las piedras al sur de la sierra,
promesas incumplidas por esa noche que me llama
y pide que vaya. Veo fotos, pocas con cámara.
Veo cientos de banderas andando y luchando
y un chico con un revolver en la frente a punto del
disparo, fuera de foco tus ojos y una jaula vacía,
cincuenta sobre cuatro y una bici andando:
disparo y las ruedas siguen girando.
Una ventana de un cuarto abierta y un diario volando.
La tenue luz del ocaso bañando el asfalto.
Treinta y cinco milímetros miden mis ojos, tan solo
los cierro y capto el impacto. Salgo a caminar, allí está
la luz entre las hojas y en las hojas se refracta, refleja,
disparo, cierro los ojos, disparo. Proyecto, tan solo
mis sueños. Entro en la oscuridad y revelo
la jaula vacía, el viejo con el perro, el agua
de la sierra, etcétera. Fuera de foco tus ojos.
Casi sin cámara, veo fotos, por doquier veo fotos.