30 de octubre de 2012

Noventas


Estaba yo despistada aquella tarde,
metida en mi mundito de sueños
y pensamientos triviales.
Estaba caminando el mundito
y pensando,
sencillamente pensando,
hasta que de pronto se acercó
el pibe con su bosita de poxi
jalándola la lleva
y aspira y aspiraba
-¿No tené una moneda?
Y yo tan despistada.
Miré sus deditos dibujando
la circunferencia.
Eran las manitos de un niño
No entendí nada.
-Una moneda.
Inútil se la di,
no supe qué hacer.
Triste me sentí.
Tan triste aquella vez.

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